Está probado que las transfusiones de sangre no producen ningún efecto negativo en los donantes y que, más bien, pueden dar un gran beneficio a otra persona e incluso salvarle la vida.
Por Edgar Tejada. 09 julio, 2020.La medicina tiene muchas formas de ofrecer a los pacientes alivio para sus males, una de las más heroicas son las transfusiones de sangre o de algún componente de esta. Heroica, porque se trata de que una persona donante se despoje de un elemento importante de su organismo, su sangre. El objetivo es ayudar a la mejoría o la curación de otra persona doliente que, en la mayor parte de veces, no conocemos.
La transfusión de sangre es un procedimiento médico que consiste en hacer pasar sangre, o alguno de sus derivados, de un donante a un receptor, para reponer el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina y la capacidad de transporte de oxígeno y otras sustancias, corregir los niveles séricos de proteínas o para compensar un estado patológico por falta de este elemento.
Por ejemplo, algunos pacientes graves pueden necesitar transfusiones de concentrados de hematíes o de plaquetas, ya que su médula ósea puede perder temporalmente la capacidad de fabricar nuevas células sanguíneas. O, personas con una enfermedad que afecta la capacidad de la sangre para coagularse, necesitan plasma o los factores de coagulación contenidos en el plasma.
Algunas veces, se pueden realizar transfusiones solamente de hematíes, están indicadas para corregir síntomas derivados de un déficit de la capacidad de la sangre del paciente de transportar oxígeno a los tejidos, debido a anemias severas no corregibles por otros medios terapéuticos.
También, es posible recurrir a la transfusión solo de plaquetas, la cual se usa terapéuticamente en enfermos con trastornos funcionales de sus propias plaquetas. Además, se puede prevenir posibles hemorragias; por ejemplo, antes de una intervención quirúrgica o en enfermos de cáncer, después de la quimioterapia. Otro beneficio es la transfusión de plasma fresco a pacientes con quemaduras extensas, con sintomatología hemorrágica y alteraciones de las pruebas de coagulación.
La sangre para transfundir debe ser compatible con el grupo sanguíneo del receptor. La dosis por transfundir se obtiene de 4 o 5 donaciones de sangre total. Debe realizarse el procedimiento con todo el cuidado de asepsia, en ambientes libres de contaminación y por personal con experticia suficiente.
Constituye un deber ciudadano importante que todas las personas mayores de edad, y sin ninguna probabilidad de impedimento, brindemos a la sociedad este aporte de donación que, está probado, no produce ningún efecto negativo en los donantes y que más bien, puede dar un gran beneficio a otra persona e incluso salvarle la vida.